22/11/2024
Opinión

La propina aberrante

Espero que cuando llegue la reforma al Código Laboral –una marco legal descontextualizado, anacrónico, atemporal y contradictorio con la nueva economía- se lleven de encuentro la propina obligatoria de 10% para los trabajadores de bares, restaurantes, hoteles, barras y discotecas.

Se trata de un impuesto distorsionante, excluyente, arropado por un manto de dudas y una impresionante opacidad desde el proceso de retención hasta la presunta distribución realizada por los agentes que lo administran, que son los mismos negocios antes citados.

Quiero dejar plasmados mis cuestionamientos a esa figura impositiva, nacida de un contubernio entre el sindicalismo clientelar, la política populista y el empresariado rentista, y lo haré a través de preguntas retóricas, pero con intención.

¿Por qué se estableció la propina obligatoria exclusivamente para un segmento de los servicios, ignorando las múltiples variaciones que en ese campo existen en la economía?

¿Es la propina del 10% considerada como parte del paquete de ingresos de los trabajadores que sirve de base para las prestaciones laborales?

¿Por qué tenemos nosotros que pagar parte de la nómina de los hoteleros –ya con suficientes privilegios fiscales-, así como de los dueños de restaurantes, hoteles, barras y discotecas?

¿Cómo sabemos que el dinero retenido a través de la propina legal de 10% se distribuye como Dios manda y que no constituye un flujo de caja para que estos señores financien sus operaciones con dinero gratis?

¿Se ha publicado alguna vez un estado financiero auditado de uno de esos negocios donde se pueda ver con transparencia qué ocurre con la propina de 10%? ¿O esperan estos señores que uno crea en su buena fe y su pulcritud sin pruebas incontrovertibles? Yo, particularmente, prefiero ponerme en la tónica de Santo Tomás: Ver para creer.

¿Que el Ministerio de Trabajo supervisa la distribución de esa propina? No me hagan reír ¿Bajo qué modelo de control lo hace? ¿Validando un excel de los señores hoteleros y demás yerbas?

Una propina debe ser la expresión voluntaria de satisfacción por un servicio. ¿Se merecen todos los trabajadores de esos negocios una compensación obligatoria aun sea el servicio malo, mediocre e indelicado?

Ojalá sea eliminada esa aberración. Y que las asociaciones de Establecimientos de Comida Casual y Servicio Rápido y Nacional de Hoteles y Restaurantes paguen su nómina solos sobre la base de la decencia, la dignidad profesional, humana y la competitividad.

Artículo escrito por Víctor Bautista

Máster en Dirección de Comunicación OBS/Universidad de Barcelona. Proyect manager del plan de comunicación de crisis de la Asociación de Bancos de la RD a raíz de la caída de tres bancos en 2003. Director de comunicación de la ABA. Editor económico, jefe de redacción, director de medios impresos, de TV e internet. Diplomado en economía por Empírica y Universidad Católica Santo Domingo. Productor del segmento Contante & Sonante (economía y finanzas) en el programa Cuentas Claras.

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