No es un secreto que la comedia sigue reinando como el género preferido de las grandes audiencias, ese público cautivo cautivado por historias que amortiguan el sufrimiento, la tristeza y llevan a la catarsis a quienes esperan una buena dosis de alegría y felicidad. Es lo que no se puede conseguir con el drama, ni siquiera cuando las producciones de este renglón salpiquen sus argumentos con dosis de sarcasmo o ironía, siempre estarán lejos de transmitir emociones que provoquen hilaridad.
Pero el drama –el buen drama– gana espacio, audiencia, credibilidad y, sobre todo, el aplauso entusiasta de aquellos que buscan sacudir los sentidos y entrar en contacto, a través de la pantalla chica, a mundos inquietantes, inimaginables y terroríficos que siempre han amenazado con la tranquilidad del hombre o la mujer, la familia o la sociedad. Y así sucesivamente.
En estos tiempos de gloria para las series de televisión, directores y guionistas andan confabulándose, en el buen sentido de la palabra, para provocar con buenas historias emociones encontradas, sumergirnos en terrenos laberínticos enloquecedores y recrear los personajes más peligrosos, asesinos en serie, con los que nadie quisiera cruzarse bajo ninguna circunstancia. Cualquier parecido con el Paul Spector de la serie «The Fall» (2013-2016) no es coincidencia.
El 28 de octubre pasado este thriller sicológico del Reino Unido, creado y guionizado por Allan Cubitt, transmitió el sexto y último capítulo de la tercera temporada (no quedó claro si sería la última, aunque sería lo más saludable), dejando un fuerte sabor amargo provocado por un final inesperado que dignificó el gran nivel y calidad que mantuvo la serie a lo largo de sus tres años en antena.
Allan Cubitt –es necesario apuntar que fuera de la industria de los Estados Unidos también se están realizando trabajos de alto calibre creativo– consigue sacudir las entrañas del público con un thriller en el que desde el principio se sabe quién es el autor de los crímenes en serie de mujeres con características similares, cometidos en Belfast, la capital de Irlanda del Norte.
Excelentes interpretaciones de todo el elenco, desde los personajes con apariciones breves, hasta los secundarios y qué decir de sus protagonistas, sobre todo de Gillian Anderson, Jamie Dornan, John Lynch y Aisling Franciosi. Ganadora de algunos premios prestigiosos concedidos en Europa, y varias postulaciones en diferentes campos, «The Fall» te mantendrá pegado a la butaca sin darte espacio y menos tiempo para respirar, aunque al final podrás suspirar cuando sucede lo inevitable.
En la lista de otras 5 de las mejores series de televisión (con tan solo dos temporadas, 2015-2016) escribimos sobre «American Crime», otra serie angustiante que cierra sus argumentos de manera independiente en cada season, apelando a la repetición de aquellos actores o actrices que interpretan roles diferentes en cada entrega.
En el referido reportaje, escribimos: «Cada capítulo de American Crime te hará sufrir, llorar, te hará revoltear el estómago, porque sus intérpretes así lo consiguen, elevar por lo más alto cada línea, sumergidos en situaciones decepcionantes, que tratan de ocultar la doble moral de quienes aspiran alcanzar el éxito sin importar lo que tengan que hacer para ello». Y reiteramos: no es una serie para todos los gustos, pero sí lo es para aquellos que tienen el buen gusto de saber separar el grano de la paja entre tantas series que inundan la televisión en estos tiempos.
La discriminación racial, la predisposición de la policía de los Estados Unidos y el impredecible juego de su sistema judicial es puesto en evidencia con mucho tacto y pericia cinematográfica en la mini serie de televisión «The Night Of» (2016), con guión, dirección y creación de Steven Zaillian, que comparte créditos con James Marsh.
A la altura de las exquisitas producciones de la insuperable HBO, esta mini serie salda sus deudas con creces, gracias a un trabajo puntual de su protagonista Riz Ahmed, a quien posiblemente veamos en las postulaciones en la temporada de premios que se avecina en Estados Unidos.
En ocho capítulos, Zaillian y Marsh recrean el asesinato inexplicable de una joven desconocida que en la noche abordó un taxi manejado por joven iraní, quien se levanta al otro día junto al cuerpo sin vida de ella, y cuyo futuro inmediato se ve sacudido por este hecho que no recuerda haber cometido. En «The Night Of», en la que tiene una aparición breve el actor dominicano Manny Pérez, cada capítulo cuenta, cada minuto vale su precio justo y al final nada está bien y todo está mal, pero justo es también el rasero con el que sus creadores miden a las teleseries comprometidas con el buen arte.
La trepidante persecución de la detective Stella Gibson que sale a la caza del asesino en serie Paul Spector sirve de referencia para recordar ahora «True Detective» que se estrenó en el 2014, acumula dos temporadas y está por decidirse si sus productores reciben el visto bueno para continuar con una tercera entrega. Es otro fiel ejemplo de los problemas sicológicos que afectan tanto a los que persiguen como a los perseguidos, cuando se cometen crímenes que sacuden la tranquilidad de las sociedades, como es este otro caso.
Con reseñas que honran el excelente desempeño de las dos primeras entregas, esta serie también cierra con un final que independiza una temporada de otra, abordando investigaciones de la policía de Los Ángeles, que persigue asesinos malvados que representan un desafío profesional para los involucrados. Creada por Nic Pizzolatto, en la primera parte recibimos una alta dosis interpretativa de Matthew McConaughey y Woody Harrelson, que no dejan mucho espacio para que sus sucesores de la segunda entrega puedan superarle. Es otra serie que te sacará el aire, dejándote privado en cada capítulo. Cruzaremos los dedos, para que una tercera season se haga realidad.
¿Recuerdan Fargo? ese drama exquisito que catapultó en el 1996 a los hermanos Joel y Ethan Coen con dos premios Oscar. Probablemente no. Los Coen no son del gusto de las masas, aunque muchas de sus películas son de factura perdurable. Pues, en esa película está basada la serie «Fargo», que tampoco es para todos los gustos, que se estrenó en el 2014 haciendo justicia a la excelencia cinematográfica que estos talentosísimos creadores alcanzaron con su galardonado filme.
Intriga, asesinatos, los tentáculos interminables de la Mafia, la ingenuidad de los ciudadanos de Fargo, Dakota del Norte, son citados en este drama imperdible cuya historia va ganando velocidad y fuerza destructible como una bola de nieve que se avalancha sobre los indefensos residentes de esta comunidad. Vayan los créditos para sus guionistas, productores y directores, que se reparten los capítulos con puntualidad artística, cerrando cualquier posibilidad a los argumentos fáciles y al arte complaciente.
Como con las demás, con excelente casting e interpretaciones inolvidables, «Fargo» también mantendrá hasta el final una atmósfera intrigante, que guardará para los momentos inesperados el desenlace que probablemente te dejará sin aliento.
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